Por Dr. Yunior Ramón Herrera Reynoso | Médico Ortopeda
El dolor de rodilla es una afección frecuente que puede afectar la movilidad y calidad de vida de las personas, que pueden ser desde lesiones agudas hasta enfermedades degenerativas o el desgaste natural de la articulación. Identificar el origen del dolor es clave para aplicar el tratamiento adecuado.
Estas son las causas más comunes:
Artrosis: Es el desgaste del cartílago de la rodilla, lo que genera fricción entre los huesos, causando dolor, rigidez y limitación en el movimiento. Es más común en personas mayores, pero también puede afectar a quienes han sometido sus rodillas a esfuerzos repetitivos.
La artrosis de rodilla, cuyo epónimo es gonartrosis, es una de las enfermedades más antiguas conocidas. Actualmente, sigue siendo un campo con mucho por investigar, ya que la regeneración completa del cartílago aún no ha sido posible y se han identificado cuatro grados (0 a 4) en la evolución de esta patología.
Lesiones de ligamentos o meniscos: Las torceduras o impactos fuertes pueden dañar los ligamentos (como el cruzado anterior o medial) o los meniscos, que son los cartílagos que amortiguan la articulación. Estas lesiones suelen ocurrir en deportistas y pueden provocar inflamación, dolor intenso e inestabilidad en la rodilla.
Tendinitis rotuliana: Es la inflamación del tendón rotuliano, ubicado en la parte frontal de la rodilla. Es común en personas que realizan actividades de alto impacto, como correr o saltar, y suele manifestarse con dolor al mover la rodilla o al ejercer presión sobre la zona afectada.
Bursitis: Se produce cuando las bursas, que son pequeñas bolsas de líquido que amortiguan la articulación, se inflaman debido a golpes, movimientos repetitivos o infecciones. La bursitis puede causar hinchazón, sensibilidad y dolor en la parte frontal o lateral de la rodilla.
Sobrepeso y obesidad: Un peso corporal elevado ejerce mayor presión sobre las rodillas, acelerando el desgaste de los cartílagos y aumentando el riesgo de enfermedades articulares como la artrosis. También puede contribuir a la inflamación crónica de los tejidos.
Síndrome de la banda iliotibial: Es una causa común de dolor en la parte externa de la rodilla en corredores y ciclistas. Ocurre cuando la banda iliotibial, un tejido que va desde la cadera hasta la rodilla, se irrita por el roce con el hueso del fémur.
Tratamientos
El tratamiento varía según la causa y la gravedad del dolor, pero algunas opciones incluyen:
• Reposo y aplicación de hielo: Ayuda a reducir la inflamación en lesiones agudas o tras sobreesfuerzos. Se recomienda aplicar hielo durante 15-20 minutos cada pocas horas en los primeros días. Este tratamiento aplica para la tendinitis y bursitis.
• Medicamentos antiinflamatorios: Bajo indicación médica, se pueden usar analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como ibuprofeno o naproxeno para aliviar el dolor y la inflamación.
• Fisioterapia: Un plan de ejercicios dirigido por un especialista puede fortalecer los músculos que rodean la rodilla, mejorar la movilidad y prevenir futuras lesiones.
• Uso de soportes ortopédicos: Rodilleras, vendajes o plantillas ortopédicas pueden proporcionar estabilidad y reducir la carga sobre la articulación.
• Pérdida de peso: En personas con sobrepeso, reducir algunos kilos puede disminuir significativamente la presión sobre las rodillas y mejorar los síntomas.
• Infiltraciones: En casos más severos, se pueden aplicar inyecciones de corticoides o ácido hialurónico para reducir la inflamación y mejorar la lubricación articular.
• Cirugía: Si el daño es severo y los tratamientos conservadores no han sido efectivos, pueden considerarse opciones quirúrgicas como la reparación de ligamentos, la artroscopia o incluso una prótesis de rodilla en casos avanzados de artrosis.
El dolor de rodilla puede deberse a múltiples factores, desde lesiones hasta problemas crónicos como la artrosis. Adoptar hábitos saludables, fortalecer los músculos y evitar el sobrepeso puede prevenir muchas de estas afecciones. Si el dolor es persistente, afecta la movilidad o empeora con el tiempo, es fundamental acudir a un especialista para recibir un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado.