Tu vida se puede salvar con un simple gesto: prestar atención a tus senos y detectar el cáncer de mama a tiempo marca toda la diferencia, porque cuando se identifica en sus etapas tempranas, el tratamiento suele ser más efectivo y menos agresivo.
Sobre este tema, la doctora Anjelina Taveras, Cirujana Mastóloga, nos comparte sus recomendaciones y puntos clave para cuidarnos mejor. “La detección temprana puede salvar tu vida. Aunque hemos presenciado un increíble avance tecnológico en las imágenes mamarias y en los tratamientos para el cáncer de mama, seguimos precisando una participación activa de la población para el diagnóstico oportuno y así ganar la batalla contra el cáncer de mama”, explica.
El cáncer de mama es la segunda causa más frecuente de muerte por cáncer en las mujeres, “una razón de sobra para que nos ocupemos de la prevención y el diagnóstico oportuno”, señala la especialista.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 21 % de las muertes por cáncer de mama en América Latina y el Caribe ocurren en mujeres menores de 50 años, en comparación con el 10 % en América del Norte. Sin embargo, el pronóstico ha mejorado notablemente en los países de altos ingresos, donde la mortalidad por cáncer de mama (estandarizada por edad) disminuyó un 40 % entre 1980 y 2020, gracias a la implementación de programas de detección temprana y protocolos de tratamiento estandarizados.
Entre los chequeos o pruebas, considera imprescindibles las recomendaciones de cribado poblacional (revisión de mujeres sin síntomas mamarios), las cuales varían de país en país. “En nuestro caso, recomendamos iniciar con mamografía a partir de los 40 años de edad en mujeres sanas. Les recuerdo que la mamografía es un estudio imprescindible a fin de disminuir la mortalidad por cáncer de mama, ya que puede detectar tumores no palpables. En mujeres de alto riesgo y/o con antecedentes familiares comenzamos la detección antes, y añadimos herramientas complementarias como sonografía de mamas y, en ocasiones, también resonancia magnética contrastada de mamas”, comenta la doctora.
A las mujeres entre 25 y 40 años de edad, recomienda que se realicen sonografía de mamas y, en algunos casos, también resonancia magnética contrastada de mamas. “Las mujeres entre 25 y 40 años de edad deben realizarse sonografía de mamas, aunando el examen físico. En algunos casos, en este grupo etario puede requerirse una mamografía 3D o tomosíntesis para mejorar la visualización de algunas lesiones, ya que tiene mejor precisión para mamas densas”, explica.
Referente a la autoexploración, la cirujana mastóloga comenta que, como mujeres, debemos conocer nuestros senos, porque es imprescindible para notar cambios en la apariencia o tacto de los mismos entre una consulta de seguimiento y otra. “En la edad reproductiva se recomienda el autoexamen los primeros días luego de finalizada la menstruación, y en el periodo posmenopáusico elegimos un día fijo de cada mes (principio de mes, día de cobro o tu día de nacimiento para que lo tengas pendiente)”.
La doctora explica que debemos observarnos en el espejo, buscando cambios en la forma, tamaño o aspecto de las mamas. “Luego, acostada y también de pie, usamos las yemas de los dedos (índice, medio y anular) para palpar la mama en movimientos circulares, incluyendo el pezón, recordando también palpar en busca de bultitos en el área axilar (debajo de los brazos)”.
Sin embargo, la especialista advierte que, aunque el autoexamen es bastante útil, no es suficiente. “Debemos realizar nuestros exámenes de imágenes mamarias y chequeo médico rutinario si deseamos hacer un diagnóstico antes de que un tumor sea palpable o visible. Esto aumenta las probabilidades de cura y nos da opciones de tratamientos más simples, lo que es fundamental para obtener resultados exitosos con una mejor calidad de vida”, explica.
Las señales de alerta que no debemos pasar por alto en nuestros senos son cuando sentimos algún bulto o bolita en la mama o la axila: debemos precisar atención médica.
“Del mismo modo, si la piel de estas zonas se torna alterada, con enrojecimiento, hoyuelos, hundimientos o un pezón que se ha tornado invertido, esto es señal de alarma. Si hay secreción, especialmente sanguinolenta, a través del pezón, también nos debe alertar y requerir atención inmediata con tu especialista de salud mamaria”, comenta la doctora Angelina Taveras.
Añade que tener una dieta balanceada y mantener un peso saludable, combinados con la actividad física regular (al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana), evitar el cigarrillo y limitar el consumo de alcohol, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
“No olvides: mantener hábitos saludables, estar atenta a los cambios de tu cuerpo y acudir a tus revisiones periódicas son acciones que nos empoderan en la detección temprana del cáncer de mama”, afirma. ¡El cuidado de la salud de nuestras mamas es un asunto de todas!, puntualiza la especialista.