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3 Jun 2025


La esclerosis múltiple es una enfermedad de múltiples rostros. Sus síntomas pueden variar de leves a severos, y presentarse de forma intermitente o permanente. Por eso, reconocer los signos tempranos y acudir al neurólogo a tiempo resulta clave para un mejor pronóstico.

Santo Domingo.– La neuróloga del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE), Dra. Indhira Zabala, explica que la esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica, inflamatoria y autoinmune que afecta el sistema nervioso central, en particular el cerebro y la médula espinal.


“La EM provoca una desmielinización progresiva —pérdida de la mielina que recubre las fibras nerviosas— lo que interfiere con la transmisión de los impulsos nerviosos y origina diversos síntomas neurológicos”, detalla la especialista.


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EM afecta principalmente a adultos jóvenes, tiene mayor prevalencia en mujeres y constituye una de las principales causas de discapacidad neurológica no traumática en personas de entre 20 y 40 años.


En ese sentido, la Dra. Zabala destaca la importancia de atender los síntomas desde sus primeras manifestaciones. Entre los más frecuentes menciona:


Alteraciones visuales: suelen presentarse como neuritis óptica, visión borrosa, pérdida parcial de visión o dolor ocular. “Este puede ser uno de los primeros síntomas”, advierte.


Debilidad muscular: comúnmente en las piernas, debido a la alteración en la transmisión de señales entre el cerebro y los músculos.


Entumecimiento y hormigueo: las parestesias (sensaciones anormales) en las extremidades, el rostro o el tronco son también manifestaciones habituales.


Problemas de equilibrio y coordinación: los pacientes pueden experimentar inestabilidad, vértigo o dificultad para caminar, asociados a lesiones en el cerebelo o en vías nerviosas relacionadas con el movimiento.


Espasticidad: espasmos y rigidez muscular, particularmente en las piernas, dificultan la movilidad. También pueden aparecer trastornos del habla y deglución, aunque son menos comunes en etapas tempranas.


Alteraciones cognitivas: cerca del 50 % de los pacientes presenta dificultades con la atención, la memoria o el procesamiento de la información.


Trastornos emocionales: la depresión y la ansiedad son frecuentes, tanto por causas biológicas como por el impacto emocional de vivir con una enfermedad crónica.


Disfunción vesical e intestinal: urgencia urinaria, incontinencia, retención urinaria y estreñimiento pueden surgir en distintas fases de la enfermedad.


La neuróloga enfatiza que, aunque la esclerosis múltiple no tiene cura, identificar sus síntomas de manera oportuna permite iniciar tratamientos que pueden ralentizar su progresión, reducir la frecuencia de los brotes y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.


“El diagnóstico se basa en la historia clínica, examen neurológico, resonancia magnética cerebral y análisis del líquido cefalorraquídeo. Con el acompañamiento adecuado, muchas personas con EM pueden llevar una vida activa y plena”, concluye la Dra. Indhira Zabala.



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