Paciente amputado: enfrentando el duelo y un nuevo estilo de vida

24 Nov 2023
Las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto lideran las causas de mortalidad y morbilidad en el mundo, en diferentes regiones e independientemente al nivel socioeconómicos de la persona.

Los pacientes que requieren de una amputación mayor o menor de su extremidad inferior tienen menor sobrevida que la población general y mayor costo económico atribuidos a la enfermedad. Otra repercusión es el impacto personal y para el entorno familiar y social.

 

Los aspectos de la calidad de vida afectados por la amputación abarcan la esfera física, emocional y social, presentando serias limitaciones, su capacidad para realizar actividades de la vida diaria se convierten en un problema.

 

La afectación en lo físico termina por alcanzar lo emocional pudiendo llegar a generar estrés, ansiedad y depresión. En lo social, el paciente amputado considera que causa sobrecarga a sus cuidadores o de las personas próximas, aumentando las tensiones familiares y reducciendo en la participación de actividades sociales.

 

Es por esto que el seguimiento integral de los pacientes que padecen de diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2, debe ir orientado a disponer de una atención psicológica personal y familiar, con el fin de brindarle mejor calidad de vida tanto a la familia como al ente afectado.

 

Tras una amputación pueden aparecer sentimientos de ira, tristeza por haber perdido ciertas capacidades, impotencia, negación, descuido personal, pensamientos suicidas, culpa, problemas de autoestima, sentimientos de inferioridad, miedo a no saber cómo se va a recuperar y adaptar a esta nueva forma de vida. De manera general, esta pérdida trae muchos cambios acompañados con frecuencia de estigmas y una percepción de calidad de vida inferior.

 

Entender la amputación como un proceso de duelo permite tener más empatía con la persona, además de poder intervenir para reducir el impacto de este trauma, ya que no solo se está perdiendo un miembro del cuerpo, sino que existen pérdidas secundarias como la autonomía, satisfacción corporal, independencia, funcionalidad, la utilidad y esto hace que el proceso de adaptación sea más difícil y favorece las complicaciones de salud mental.

 

El duelo por amputación es un proceso dinámico y depende de cada individuo, de sus estrategias de afrontamiento, su capacidad de resiliencia, edad y condiciones de vida, condiciones sociales y familiares. Ésta última cumple una gran función en el proceso de sanación.

 

Otras formas de afrontamiento que dependen del individuo (internas) son el humor, el autocontrol, habilidades personales y la espiritualidad.

 

3 formas de apoyar a mejorar la calidad de vida del paciente amputado.

 

  1. Ofrécele ayuda psicológica.
  2. Adaptarse a la nueva realidad. Buscar nuevas formas de hacer las actividades diarias de forma independiente ayuda en la disminución de la tristeza, permite desarrollar la sensación de autonomía y aumenta la autoestima.
  3. Sé empático. Sentirse validado y comprendido es importante y reduce la sensación de estar solo.

 

5 recomendaciones para el paciente

 

  1. Deporte adaptado. La participación en actividades físicas adaptadas permiten mejorar la salud física y mental dando una sensación de bienestar y autosuficiencia.
  2. Educación sobre la amputación y rehabilitación. Ayuda a reducir la ansiedad y el miedo.
  3. Soporte grupal. Proporciona un espacio de comprensión y para compartir experiencias.
  4. Expresar. Ayudar a reducir el estrés, evita la carga emocional y fomenta la resiliencia.
  5. Ocio. Encontrar actividades recreativas adaptadas permite reducir el estrés y brinda sensación de normalidad y diversión
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